Publicado el 1 de septiembre de 2020 en Diario UNO
por Ricardo Milla Toro
En una campaña millonaria, el gobierno de Martín Vizcarra nos deja un mensaje claro: todos los males de esta pandemia es culpa tuya y solo tuya. El llamado de #NoSeamosCómplices que hace el gobierno funge como una gran lavada de manos. La culpa no es de la falta de camas o de hospitales, o de respiradores, o en última instancia de médicos para hacerse cargo de estos. No se trata tampoco de la falta de dinero o de trabajo; parece que no tiene que ver con la imperiosa necesidad de la gente por hacer todo lo posible para sobrevivir. No, claro que no. La culpa es tuya, es mía, es nuestra; no del gobierno. Ellos desde su pedestal hacen una campaña donde te dicen que, si vas a ver a tus abuelos, les preguntes “dónde quieren que pongan sus cenizas”. ¿Es en serio? ¿La muerte de nuestros familiares es culpa nuestra? ¿No ha sido por falta de medicinas, de una cama en UCI o por la necesidad de obtener dinero como fuere? Claro, porque una visita familiar sí contagia, pero trabajar en condiciones precarias para reactivar la economía te vuelve inmune, ¿no? Esa es la lógica que manejan nuestros gobernantes.
El presidente dijo en Tumbes que esta campaña no es para todos sino para un pequeño sector de la población, de esos que hacen fiestas o juegan su pichanga. Entonces si va dirigido a una minoría, ¿por qué se ha gastado la suma de 140 millones de soles? Dinero que pudo ser invertido en una mejor campaña de concientización que vaya para todo ciudadano peruano, termina siendo un deslinde de responsabilidades.
El “cerebro” de esta insensata campaña, que ya recibe el rechazo de la población vía redes sociales, es Rubén Cano Mendoza, colocado en la Secretaría de Comunicaciones de la PCM por el mismísimo premier Walter Martos. ¿Por qué Martos eligió a un excolaborador de confianza de Luis Favre -hoy este investigado por el caso Odebretch?
Una campaña que solo busca limpiarle el rostro a un gobierno que ha manejado de una manera irresponsable e improvisada la pandemia, dándole beneficios a los poderosos, con una ministra de economía que curiosamente está “ayudando” a sectores privilegiados o donde su padre y hermano de casualidad son accionistas, con anuncios de tablets que nunca llegan; en fin, dando mensajes paternalistas y tratando a la población como estúpida. Ahora se corona como un gobierno indolente al decirnos que somos los culpables de los muertos y no la falta de gestión gubernamental.