No, no habrá “chavismo” en Perú
por Ricardo Milla Toro ¿A qué creen que se deba que haya gente que considere como cierto que Verónika Mendoza seguirá el “modelo chavista”? ¿Tú crees que Verónika es como Chávez o Maduro? ¿En qué? ¿Cómo así? Porque lo que suelo leer es: “es de izquierda como en Venezuela”, “admira a Chávez”, “tiene una foto con Amimael (sic)”, etcétera. ¿Qué tienen en común el chavismo y Vero, además de que son de izquierda y les cae bien el ‘Che’ Guevara?
Mientras Chávez alentaba con palabras y obras la revolución bolivariana, Verónika no piensa en ninguna revolución, sino en una gran reforma. Es profundamente una reformista.
Hace poco la candidata de Juntos por el Perú se refirió al gobierno de Maduro como una “dictadura”, sellando así de modo definitivo su distanciamiento con el chavismo. Para liberales y conservadores no hay discusión alguna de que es una dictadura; mientras que en las izquierdas -como en la academia- el debate sigue abierto.
Verónika ha optado por deslindar totalmente con el gobierno de Maduro, algo que ni el tibio español Pablo Iglesias se atrevió a hacer. Aun así, la derecha no ha dejado de vincularla a Maduro y al chavismo. Lejos de capitalizar ello, Mendoza quiere distanciarse lo más posible. Será que piensa que perderá votos si no se pliega al discurso dominante.
Lo triste es que tampoco ganará la gran mayoría de votos de quienes le exigen que deslinde con Maduro. (Deslinde innecesario, toda vez que nadie le pide a López Aliaga deslindar con Bolsonaro, Trump o teocracias).
Verónika puede pensar lo que quiera sobre Venezuela. Y ya sabemos lo que piensa. Queda claro que no seguiría el “modelo chavista”. Así que, ¿por qué se empecinan en vincularla con algo que no tienen nada que ver con ella?
Los liberfachos tildan de comunista a Verónika, pero su postura es lo más moderada que hay. Los de JP buscan los votos de los pitucos y la derecha, pero jamás se los darán, salvo las tías progres de Miraflores.
Esa desesperación por estar bien con la corrección política de las pequeñas burguesías ha hecho que Lescano los pase y también López Aliaga. Ambos apuntan al descontento social y dicen las cosas como son en muchos casos, algo que la moderada no hace por no querer salir de su zona de corrección política. Pareciera que no les importa el pueblo y el cambio material de las condiciones donde se desarrolla este, sino instaurar la ideología de lo correcto, algo que al pueblo no le interesa, pues están muriendo.
Probablemente los caviares terminen tirando cintura, excepto cambien de discurso y dejen ese miedo a decir las cosas como son, aunque algunos los tilden de retrógradas. Dudo mucho que eso pase, porque prefieren ser correctos antes que honestos.
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