Un fantasma asusta a los burgueses
por Ricardo Milla Toro
Un fantasma recorre Latinoamérica, el fantasma del comunismo. Desde México a Chile los defensores del neoliberalismo lanzan alaridos de miedo, hablan mal de la izquierda, insisten en que socialismo es igual a miseria, acusan de castrochavismo a todo el que exige derechos. Se ha formado una alianza de liberales y conservadores contra los vientos de cambio en la región. Miedo es lo que siente.
Sin embargo, el pueblo no es estúpido. Las luchas de clases se han evidenciado en Chile y en Bolivia. Quienes han votado por las opciones derechistas han sido los miembros de las clases opresoras y sus aliados alienados. El pueblo se ha dado cuenta de que hay un fantasma produce miedo. Saben que tumbar el neoliberalismo es todo lo contrario a la miseria.
Venezuela continúa su lucha contra las sanciones criminales de Estados Unidos, el bastión del imperialismo. Argentina trata de sobrevivir luego del desastre económico de la derecha y Macri. Ecuador también está despertando. Brasil poco a poco va ganándole terreno al neofascismo de Bolsonaro. Uruguay continúa en una línea progresista, aunque la izquierda ya no gobierne. Vientos de cambio. Perú tiene una oportunidad con Verónika Mendoza o con Pedro Castillo, la oportunidad de sumarnos al cambio.
Lo cierto es que, si bien nunca ha existido el comunismo en ningún país, sí ha habido socialismo. El más claro ejemplo actual: China. Segunda potencia económica en el mundo. El socialismo demuestra que, de tener poder, no habrá miseria. Solo la hay cuando el capitalismo e imperialismo atacan a los gobiernos de izquierda y los asedian hasta la muerte, como hacen en Cuba y Venezuela.
Hay que hacer realidad al fantasma del comunismo, por medio del socialismo, de la industrialización, del desarrollo de las fuerzas productivas, tener salud y educación universal y de calidad. Un fantasma que asuste a los burgueses y que logre tomar carne por medio de la conciencia de clases de quien trabajan.
Quienes estén a favor de los oprimidos, de los trabajadores, de las comunidades originarias de nuestra tierra, del progreso material y económico sin explotadores, pues todos ellos tienen que unirse para apoyar a las opciones de izquierda. Esperemos que el fantasma se pasee intensamente en Perú para el bien de todos.
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